Me gusta sentir
cómo
me miras en silencio.
Dejar que se escape una sonrisa,
rozarme
con tu piel
sintiendo
intento de mezclarte
con
mi pensamiento.
Que asome una picardía,
que
no sea todo noche,
que
un atisbo de ternura
se
convierta en un derroche.
Y que brille en su intención
el
nuevo día.
Renovar mi tú, mi yo,
alegoría,
rebelión
contra
el rumor de la apatía.
Marisol,
9-7-14