Ilustración: Laura Amat
La quietud rompe mi paz,
el silencio me atormenta;
prefiero un revoloteo que me inquiete,
que me envuelva en un deseo,
en un quizás que me atrape.
La quietud y el desconcierto
me rasgan las emociones,
rompen el rompecabezas
y me intrigan y me roban el sosiego.
Qué fácil decir un quiero,
un lo siento, un necesito, un hasta luego.
Marisol, 10-5-13
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