Esperaré a que el viento te recuerde
el vaivén de mi pañuelo.
Esperaré
a que te duela el vacío,
a que sientas que no atrapo tu suspiro,
a que añores en tus días, en tus noches
mi recuerdo
y escuches la melodía
que evocaste, una tarde, en mi jardín
bordando sueños.
Esperaré a que vengas a buscarme,
mas no tardes,
que el frío se hace mi dueño
y se queda en el olvido aquel pasado,
el revuelo,
la danza de mariposas
que estremecían mi cuerpo.
Esperaré, mas no tardes,
no nos alcance el invierno.
Marisol, 18-2-13
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