Ese sol claro que anuncia sombras,
esa calma de grises velando luces,
esa quietud que mueve brisa de otoño,
ese letargo, rescoldo de una quietud.
Y empieza el baile.
Tímidamente, con titubeo,
una hoja atrevida,
rompiendo el hielo,
sale a la pista,
que se convierte en dorada alfombra,
crujiente arrullo de mis paseos.
Desnudas ramas sirven de paso
a las caricias de algún destello
de ese sol claro que anuncia sombras,
pero me arropa y me promete
que tras mis pasos, paciente espera,
como debe ser,
persiguiendo al otoño,
tras el invierno,
la primavera.
Marisol, 22-9-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario