Admiración, simpatía,
aprecio, fascinación.
Sensaciones atrevidas,
desconcierto… una ilusión.
Un no saber lo que siento,
desasosiego, nostalgia,
brotar fuerte y débilmente,
serlo todo… o casi nada.
Arañar los escondrijos
adormecidos del alma
y despertar emociones
que palpitaban calladas.
Un no querer y queriendo,
luchar por no querer nada,
sintiendo como se pierde
la consabida batalla.
Y aún así, volver de nuevo
a desear la llamada
que, inundando mis sentidos,
hace que rebose el alma
para desplegar al viento
todo aquello que me embarga.
¡Bendita sea mi suerte
y el numen que me acompaña!
Marisol, 27-4-14
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