No ventees un corazón
donde se sembró un suspiro
que algún rescoldo dormido
puede arder al despertar.
No muevas la tempestad
que traiga nubes revueltas,
puedes encontrar respuestas
a una triste soledad.
No pretendas recibir
aquello que nunca llega
tan solo la triste espera
en tu pena se ahogará.
No consientas que el ayer
suplante al hoy y al mañana
con una vil artimaña
que no te deje soñar.
No dejes que nadie apague
tus deseos de volar.
Marisol, 22-4-14
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