Y eché a llorar como si fuera un loco
como si fuera un cuerdo
como lloran los hombres de amor.
José Larralde.
Por los rincones llorando,
por mis afueras riendo,
dibujando una sonrisa,
maldiciendo tu silencio.
Sólo quiero recordar
aquellos atardeceres
que me encontraba en tus ojos
y me instalaba en tus sienes.
El porqué aquello acabó
no sé si averiguaré.
Sólo sé que dónde estés
estará mi corazón,
mis lágrimas, mi alegría,
mi paz, mi odio, mi ira
y mi recuerdo mejor.
Marisol, 12-1-12
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