Colgando de unas palabras
encontré mi corazón,
le dije ¿por qué no bajas?,
dame una buena razón.
¿Qué te impide palpitar
al son de unas castañuelas?
¿o prefieres son de vals?,
pues nada, lo que tu quieras.
Pero vamos a bailar,
a reír, soñar, cantar,
no vayamos a olvidar
como se ahuyentan las penas.
Marisol, 1-2-12
No hay comentarios:
Publicar un comentario