domingo, 12 de febrero de 2012

OTRA DE CUPIDO



   Tocadita por las flechas
de un arquero despistado
me encontré a mi amiga Amparo
con asombro y desconsuelo.

   No sabía si llorar
reír o patalear
porque después de guardar
memoria fiel a un amante,
resulta que en un instante
se enamoró de un torero.

   Se le cruzó en su camino
y sin darse apenas cuenta
hubo un cambio repentino,
pues su sello antitaurino
se desprendió de momento.

   Fue cuando vio el monumento
que en vez de unas banderillas
portaba flechas cautivas
con la intención del arquero.

   De repente se encontró
con una gran papeleta
pues con mantilla y peineta
le jaleaba en el ruedo.

   Y por mucho que quisiera
desterrar esa afición,
cada vez que lo miraba
se le ponían los ojos
con forma de corazón.

   Y es que, claro, ya sabemos,
como en más de una ocasión,
 que en temas del corazón,
el que manda es el que manda
y Cupido es un mandón.
                                           Marisol, 5-2-12

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...