la intención de una cadencia,
y aquel galán la rondaba
deslumbrado por su luz
sobre un manto celestial,
tímido tapiz de estrellas
que de puntillas danzaban
en aquel mar de quietud.
Y Júpiter se atrevía…
Venus casi se dejaba…
y en la noche limpia y clara,
tal romance sideral,
nos regaló la intención
de mostrar con su presencia
aquel momento de amor
de candidez y de paz.
Y la noche acurrucó
las caricias, los suspiros,
los recuerdos, los deseos…
de soñar.
Marisol, 1-7-15
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