Tres magos de Oriente,
siguiendo una estrella,
llegaron fervientes
a humilde portal.
Oro, incienso y mirra
fueron los presentes
dignos de realeza
y divinidad.
Cientos de pastores,
huertanos, granjeros,
llevaron regalos,
calor y amistad.
Y, a cambio, el pequeño,
con dulce sonrisa,
repartió un derroche
de amor y de paz.
Abramos las manos
y los corazones
para recibir
tan tierna bondad.
Y así compartir
el lindo mensaje
que aquel niño chico
nos vino a entregar.
Marisol, 11-11-13
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