Te ves en el mar, coqueta
¿te sonrojaste tal vez?
un naranja sonrosado
le da alegría a tu tez.
Me regalas tu reflejo,
anulas mi timidez,
te me ofreces como musa,
me enamoras otra vez.
Eres fuente, río, despensa,
alacena de misterio,
testigo de risas, penas,
compañera de silencios.
Caminas muy despacito
saboreando tu paseo,
te alejas pero no importa,
mañana vendrás de nuevo.
Marisol, 11-2-12
Tu que tienes el mar enfrete la ves allí encima sobre el agua, y claro te inspiras. Y luego nos regalas estos versos tan preciosos.
ResponderEliminarSigue así ¡marinera!
La verdad es que el mar y la luna me dicen mucho. Un beso, guapa.
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