Ilustración: Wassily Kandinsky
No me quiero conformar,
necesito palpitar
con mi dulce rebeldía
sin tener que sopesar
las idas y las venidas.
Sentir el repiqueteo
de un cantar, de un devaneo,
de un pensamiento sin más,
de indagar en mis adentros,
de imaginar, de volar,
de adivinar lo que siento
o de sentirlo sin más.
No me dejaré arrastrar
por rutina y apatía
y que cada despertar
me regale un nuevo día
para volver a soñar.
Marisol, 19-4-12
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