Cuando te desenamoras,
moras vagando un silencio,
tu corazón no razona,
no late tu pensamiento.
Si buscas tus emociones
registrando recovecos,
te encuentras un gran vacío
que te inunda mar adentro.
Ojalá no te abandone,
ni te falte el sentimiento
que te deje el alma fría
como una noche de invierno.
Resurge de tus cenizas,
rebusca entre tus recuerdos
y vuelve a encender la llama,
no te conformes con menos,
que el amor mueve montañas,
mares, ríos, tierra y cielo.
Marisol, 10-10-13