martes, 4 de septiembre de 2012

MONSERRAT
















Mis pies siguen los dictados de mi alma,
un suspiro se me escapa
y acude a buscar cobijo
en los riscos,
repliegues de la montaña
impregnada de emociones,
de paz, de mil sentimientos,
de fe, de intención pagana.

   Picaporte de sentidos
que flotan a cuatro vientos.
   Una oración, un quejido,
una ilusión, un lamento.
   Un simple voy, miro y veo,
un continuo me santiguo,
un cálculo, un sacacuentas,
mejor no, ¡qué escalofrío!.

   Pero ante todo hay un qué
que despierta mis sentidos:
la madre naturaleza
que me adopta como hijo.

   Me reconozco una nada
en medio de esa grandeza
donde rezuma el amor
de las piedras por el monte,
del horizonte hacia el sol,
por su fe, aquel peregrino,
las monjas, su devoción.

   Respiro profundamente
para poder inhalar
ese conjunto de gracias
para reforzar mi paz.
   Me llevo más equipaje
a la vuelta que a la ida
y me voy con gratitud
por sentir que formo parte
de ese todo, de la vida.
                               Marisol, 9-8-12  

2 comentarios:

  1. Me gusta el ritmo que le imprimes a tus poemas Marisol.Este paisaje de Monserrat me ha traído aire fresco.

    Saludos.

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  2. Hermoso y sentido poema. Como ya te dije, nadie con un mínimo de sensibilidad puede quedar indiferente ante la belleza mágica de Montserrat, la montaña sagrada.

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