Agotando
un tenue rayo de sol,
la espuma que juguetea,
atrevida, alcanzando mi cintura,
suave brisa
que envuelve mis pensamientos,
la luz que acorta sus horas
y se despide en silencio,
prometiendo nueva aurora,
nuevo día
repleto de las ausencias
que me invaden,
repleto de nuevos sueños
que me acunan.
Pero sigo mi paseo
saboreando ese tesoro:
el mar, la brisa, el cielo
que me envuelven
vistiendo la soledad
que desnuda mis desvelos.
Y se retira la tarde
dando paso a esa quietud
que acaricia y masajea
las huellas de mi paseo.
Marisol, 28-8-16
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