Hoy no estoy,
y a pesar de mi pericia
a la hora de saberme resolver
aun sin estar,
necesito encontrarme.
Sé que, a veces,
puedo prescindir de mí,
automatizarme
y dejarme llevar,
pero hoy me necesito.
Necesito comulgar
con mi fondo y con mi forma,
seriamente conversar
con un “a ver”, y rescatar
la dejadez de algún “quizás”.
Necesito detener algún “después”
y agarrar por la solapa
a mi cierta soledad,
y dialogar.
Sin resquemor, ni ambigüedad,
sin ser víctima de nadie,
ni de mí.
Necesito hasta tener
ganas de verme,
de encontrarme,
y sobre todo, muchas ganas
de quererme.
Marisol, 25-2-15
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