La aventura imponente y
misteriosa
nos la ofrece la cepa
prodigiosa.
A través de sarmientos
retorcidos
fluyen jugos gozosos, bien nacidos.
Sus flamantes racimos
adheridos
agradecen sustentos recibidos.
La
lluvia con el sol, en gran medida,
les brindan el regalo de la
vida.
Por fin, la mano humana y
hacendosa
recoge, en madurez, frutos
crecidos,
loando la vendimia
conseguida.
Y
sigue su proceso y su camino
buscando conseguir otro
destino.
Nos ofrecen su don en
pleitesía,
aledo, moscatel o malvasía,
el aroma, explosión de
fantasía,
regala su toque de poesía.
Tocadas con los pies, sucoso
lecho
o técnicas actuales por
derecho.
Al catar el enólogo tal vino,
con tacto, reverencia y
cortesía,
brindará al viñador en
candelecho.
Marisol Puche Salas
Felicidades de nuevo Marisol, una rima Jotabé preciosa.
ResponderEliminarYo lo intento, pero no lo consigo, al parecer mis palabras son libres como el viento, dominas y encajas a la perfección las palabras.
Besos, Pilar