lunes, 14 de abril de 2014

EL LUCERO


   Se me enamoró un lucero
por mis dotes culinarias
y en uno de sus destellos
mi esposo lo descubrió.

   Me alertó ¡qué desvergüenza!
lanzarte guiños así,
sin recatarse siquiera,
sabiendo que estoy aquí.

   No te preocupes, mi vida,
esto no es lo que parece,
más bien creo que fenece
y se despide de mí.

   Y así fue, pues no pasó
ni un segundo del sofrito,
el condimento del guiso
a oscuras lo concluí.

   Limpié bien el extractor
para despedir el duelo
y cambié la lucecita
esperando que la nueva
no me lanzase requiebros.

   Ahora luce mi cocina
radiante, guapa y gentil;
espero que en mucho tiempo
no se enamore de mí.

   Aunque nunca viene mal
alertar al compañero
viéndole un poco celoso
por culpa de algún lucero.
                                Marisol, 18-3-14

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...