Lorenzo se fue a dormir
y rezagadas quedamos,
luciérnagas de artificio,
queriendo alargar el tiempo,
cantando y contando cuentos
al límite del solsticio. (23-6-12)
Pijama cuarto creciente,
salpicadito de estrellas,
nos arropa cuerpo y alma
e ilumina el duermevela.
Convertidas en orugas
aguardamos la mañana,
la alfombra de luz del valle
pierde el fulgor y se apaga.
Y con el amanecer
la metamorfosis danza
al son de nuevos destellos
y, otra vez, Lorenzo manda.
Marisol, 25-7-12
No hay comentarios:
Publicar un comentario