TU VENTANA

   Pon un lirio en tu ventana

que me haga palidecer

porque no quieras que vaya.

   Pon una rosa temprana

que me diga sin decir

que soy tu ayer, tu mañana.

   Pon un nardo si ha de ser

que piensas tan solo en mí,

con ello reviviré.

   Pero si veo un clavel

bien reventón y encendido

pensaré que tus sentidos

me están llamando a beber

de tus labios con los míos

y no me resistiré.

                                            Marisol, 13-2-12

GLORIA FUERTES

Tus palabras arropadas de poesía

han llamado a mi puerta a despertarme;

unas lágrimas salen para recibirlas

con tristeza porque no lo han hecho antes.

Qué extraño y alto muro me impedía

descubrir la sutileza de esas armas,

van luchando contra la mediocridad

sin rencor ni aspavientos, sin alarmas.

Solamente el ingenio las envuelve,

las convierte poderosas, lo sencillo;

son palabras simplemente, pero valen

más que el oro, que la plata y el platino.

Marisol, 15-2-12

QUIERO

   Quiero saborear mi paz.

   Que mis pensamientos fluyan

sin que nada los ahogue,

despejar los nubarrones

que ensombrezcan mis sentidos,

ser dueña de mi destino,

que no me arrastre corriente.

   

   Que mis mareas decidan

mis sueños, mis alegrías,

con oleaje muy suave,

sin tormentas, sin derivas.

   Quiero poder navegar

con calma y sin desencanto,

poder disfrutar la brisa

sin tener que depender

del eco de una sonrisa.

   Porque habiendo siete cielos

no puede ser sólo uno

el que cubra mis desvelos.

   Y mirando al horizonte

quiero poder dibujar

una calidez radiante

que me ayude a vislumbrar

ese suave sentimiento

que cargado de recuerdos

me acompañe sin pesar.

   Quiero todo el equipaje,

con lo bueno y con lo malo,

con lo triste, con lo alegre,

con todo lo que se aprende,

porque todo forma parte

de mis males y mis bienes.

   Y navegar sin descanso

por mi vida, por mi suerte.

                                          Marisol, 7-2-12   

UNA BUENA DIETA

   Ni la dieta de la piña

ni la del melocotón.

Hay otra más a/efectiva

que es la dieta del amor,

pues casi sin darte cuenta

adelgazas un montón.

   De buena mañana: nada,

no te apetece almorzar

pues tienes un nudo enorme

que no te deja tragar.

   Y luego durante el día

esa sensación de frío,

calor, fuego, desatino

que no te deja pensar.

   Se te olvida por completo

que has de comer, de cenar

y así, claro, en unos días

te quedas bien “estirá”.

   Pues que ¡viva mi dietista!

pero conmigo y “na” más.

                                  Marisol, 6-6-11

OTRA DE CUPIDO

   Tocadita por las flechas

de un arquero despistado

me encontré a mi amiga Amparo

con asombro y desconsuelo.

   No sabía si llorar

reír o patalear

porque después de guardar

memoria fiel a un amante,

resulta que en un instante

se enamoró de un torero.

   Se le cruzó en su camino

y sin darse apenas cuenta

hubo un cambio repentino,

pues su sello antitaurino

se desprendió de momento.

   Fue cuando vio el monumento

que en vez de unas banderillas

portaba flechas cautivas

con la intención del arquero.

   De repente se encontró

con una gran papeleta

pues con mantilla y peineta

le jaleaba en el ruedo.

   Y por mucho que quisiera

desterrar esa afición,

cada vez que lo miraba

se le ponían los ojos

con forma de corazón.

   Y es que, claro, ya sabemos,

como en más de una ocasión,

 que en temas del corazón,

el que manda es el que manda

y Cupido es un mandón.

                                           Marisol, 5-2-12

EL BESO

   Como dice aquel cantar

¿a dónde van a parar

los besos que no se dan?

   Hay quién dijo que “el primero

se da con una mirada”,

después son de terciopelo,

suaves pétalos dulzones

sabor de fruta temprana.

   Luego están los que te turban,

se enlazan enrevesados

enredando el corazón.

Son chispazos encendidos

que repletos de pasión

te hacen perder el sentido.

   Otros surgen con llegadas

o con tristes despedidas.

   Pero hay un beso especial

que es de lo más placentero,

es el que brota sin más

atendiendo unos deseos

difíciles de acallar.

   Ése es el que yo prefiero,

pero también los demás.

                                        Marisol, 8-2-12

ELLAS

   Pétalos de terciopelo

caen ajados, cuando al alba

han de esconder con recelo

lo que sienten, lo que entrañan.

   Deben andar con cuidado

cuando cruzan sus miradas

para que no les delate

los mil destellos que emanan.

   ¿Por qué debe estar prohibido

amar como ellas se aman?

si es lo más puro, más limpio,

sin reproches, sin alarmas.

   Sintiendo un solo latido

sus corazones se enlazan

y permanecen unidos

hasta que despunta el alba.

                                 Marisol, 29-1-12