Con un huevo remendón
me he cosido una patata
con forma de corazón.
El juanete se asomaba
como si quisiera ver
a su zapatilla amada.
Pronto me arrepentiría
de pensar que al pobre Juan
le quitaba la alegría.
Así es que, sin ser verano,
las calcetas van a estar
con aire refrigerado,
pues ya no pienso tapar
ninguna ventilación
que les impida ligar,
asomarse y poder ver
lo que pasa alrededor
de los dedos de mi pie.
Marisol, 1-2-13