viernes, 12 de julio de 2013

UN RECUERDO



   Ya amaina la tormenta de un recuerdo,
ya retornan las aguas a su cauce,
ya la paz y el sosiego, tras el trance,
reposan del vertiginoso vuelo.

   Ya la luz que amanece es más radiante,
tiene un brillo más real y más certero,
no se empaña, anteponiéndose primero,
tu imagen, sin tregua e implacable.

   En el día, ya respiro la calma,
en la noche no prevalece el eco
ni el murmullo que arropa unas palabras.

   Dejemos que llegue a curar el tiempo
aquello que los sueños acunaban
que, sin ser de ti y de mí, fue siempre nuestro.
                                                 Marisol, 17-3-13

TE LLEGUÉ



   Sé muy bien que te llegué
aquel día de tormenta
porque noté por mi piel
tu dulce mirada inquieta.

   No sé si no pudo ser
o quisimos que no fuera,
lo que pudo florecer
dejamos que se durmiera.

   Y la tormenta quedó
por entre nuestros adentros
y, de vez en cuando, suena,
relampaguea un lamento.

   Pero es mejor que no sea
aquello que pudo ser,
que la calma sea la dueña,
pero sé que te llegué.
                                   Marisol, 9-3-13

MOMENTOS

                               

   Si intuyo un solo roce,
la blancura invade un fondo negro
y se va transformando en mil colores.

   Destellos implacables acompasan
las descargas de tus dedos.
   Tantea, tontea, haz lo que quieras,
siéntete dueño.

   Yo soy dueña del deseo que me embarga
y lo comparto,
socios a medias, negocio entero.

   ¡Vaya locura! ¡son de jadeo!
que no se acabe, nunca se acaba
lo que yo siento.
                                    Marisol, 5-3-13

LA QUIETUD


Ilustración: Laura Amat

   La quietud rompe mi paz,
el silencio me atormenta;
prefiero un revoloteo que me inquiete,
que me envuelva en un deseo,
en un quizás que me atrape.

   La quietud y el desconcierto
me rasgan las emociones,
rompen el rompecabezas
y me intrigan y me roban el sosiego.

    Qué fácil decir un quiero,
un lo siento, un necesito, un hasta luego.
                                     Marisol, 10-5-13

ESPERARÉ



  Esperaré a que el viento te recuerde
el vaivén de mi pañuelo.

   Esperaré
a que te duela el vacío,
a que sientas que no atrapo tu suspiro,
a que añores en tus días, en tus noches
mi recuerdo
y escuches la melodía
que evocaste, una tarde, en mi jardín
bordando sueños.

   Esperaré a que vengas a buscarme,
mas no tardes,
que el frío se hace mi dueño
y se queda en el olvido aquel pasado,
el revuelo,
la danza de mariposas
que estremecían mi cuerpo.

   Esperaré, mas no tardes,
no nos alcance el invierno.
                             Marisol, 18-2-13


DISTINTOS CAMINOS


   Él camina por las sombras de un recuerdo.
Ella siempre está presente en cada sueño.

Él la siente, la presiente, pero calla.
Ella lo presiente y siente su mirada,
pero la distancia manda en un abismo
que enclava cien coordenadas
predispuestas a un destino
que por ellos dos, no pasa.

   Tienen distintos caminos
con su cerca y alambrada.
   Cada cual tiene su sino,
su vida, su paz, su calma.
                           Marisol, 1-4-13

lunes, 1 de julio de 2013

¡VIVAC BOLÓN! - Junio, 2012

3º premio   II CERTAMEN LITERARIO VIVAC DE CUENTO
Y
3º premio  CUENTACUENTOS EN EL MONTE

2013


Desafiando a Lorenzo
bajo su capa dorada,
surcábamos el sendero,
el camino, el escalón
que llegaba hasta la cima
de nuestro monte Bolón.


Es increíble la magia
que destila su presencia,
el imán que nos atrapa,
nos seduce, nos deleita.

Punto de mira real
presidiendo nuestro valle,
vereda siempre elegida
por reyes, lacayos, pajes.


Con su reguero de luz
inflama las ilusiones
de niños, grandes y chicos
en varias generaciones.

Eran otras las antorchas
que aquel día nos guiaban,
con sus afiladas puntas
mil palabras desgranaban.


Con suave revoloteo,
halcones fuertes y alados,
dibujaban sus piruetas
en un vals acompasado
 por latidos y suspiros
                                            de unas cuerdas de guitarra
que envolvían con candor
nuestros sueños, nuestra calma.


Y cuando el sol se acostó,
rezagadas nos quedamos,
luciérnagas de artificio,
queriendo alargar el tiempo
cantando y contando cuentos
al límite del solsticio.

Y entre miradas curiosas
queriendo atrapar los astros
aquel grito ¡gol de España!
disparó nuestro entusiasmo.

Fue aquella noche en el cielo
con una alfombra de oro,
y con cascada de plata
que acariciaba mi pelo.


Un dosel de mil estrellas
adornaba nuestro lecho
y aquella luna moruna
iba acunando los sueños.

Pijama cuarto creciente
salpicadito de estrellas
nos arropó cuerpo y alma
e iluminó el duermevela.

Convertidos en orugas
aguardamos la mañana,
la alfombra de luz del valle
perdió el fulgor, se apagaba.

Y con el amanecer
la metamorfosis danza
al son de nuevos destellos
y otra vez… Lorenzo manda.


               Marisol, Junio-2013
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